Descripción
El Orujo Casero Licor Queimada es la mítica bebida gallega. Famosa por su curiosa forma de quemar, el conjuro que suele leerse durante el proceso, y sus propiedades mágicas. La bebida que te libra de las meigas y del mal de ojo.
Elaborado con un alcohol neutro a partir del bagazo de uvas autóctonas. Por supuesto, con una indudable predominación de las uvas albariñas. Por ello, su base alcohólica obtiene ese ligero toque afrutado y un evidente aroma a uvas pasas.
Obtenido a partir del uso de las técnicas tradicionales gallegas. Como no podía ser de otro modo, los bagazos provienen de las mejores uvas de bodegas seleccionadas.
Un aguardiente con la fuerza necesaria que no necesita ser quemado. Añadimos al orujo su café, sus aromas cítricos y lo endulzamos. Está listo para consumir. Puedes tomarlo frío, como cualquier otro orujo, o calentarlo al baño maría en los días más fríos para degustarlo como lo haría un gallego.
Al tratarse de nuestra gama básica, su presentación es, de tan sencilla, austera. Como no podías ser de otra manera, su botella es clásica y transparente, un tapón de fácil apertura y una discreta etiqueta. Es en ella donde se muestra la información básica que garantiza su legalidad y calidad. Y todo ello, al mejor precio.
Este aguardiente pertenece a una gama que comprende un total de 23 variedades en la actualidad. Descúbrelos todos.
Contenido: 70cl.
Alcohol: 30%VOL.
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Marcos (propietario verificado) –
Antes de hablar del producto, aprovecho para decir que el servicio de la tienda me ha parecido EXCELENTE, informando por whatsapp de cada etapa en el envío del producto, y llegando este a casa en un tiempo récord.
Respecto a este licor, lo primero que destaca es su botella, sin florituras ni formas ni colores ni etiquetas raras… una botella austera lo que la hace muchísimo más elegante e ideal para incluir como regalo en una visita, un cumpleaños o cualquier otra celebración.
Lo segundo es el aroma, «¡Esto huele a orujo!» como debe ser, y ya en el paladar primero se nota el golpe del alcohol con unos 30% bien sostenidos, fuertes pero no rasposos, después el dulce (que puede parecer empalagoso pero que lo hace ideal como chupito de postre) y finalmente los tonos afrutados junto con la soberbia del café.
En suma, un licor que sin poder ponerte a montar una queimada, te transporta informalmente a los sabores de ésta, transmitiendo las sensaciones de esas reuniones de amigos al calor del caldero que ya quedan tan tan atrás.